Una persona es emocionalmente madura cuando ha desarrollado, en su pensamiento y en su conducta, actitudes que la hacen superior al “infantilismo” y las aplica tanto hacia su persona como hacia el medio que la rodea.
A continuación se sugieren algunas de las características de la persona que ha acumulado verdadera madurez:
1.- Acepta con gratitud que se le critique y aprovecha la crítica para superarse.
2.- No se entrega a la autocompasión. A empezado a creer que las leyes de la compensación
funcionan en todas las cosas de la vida.
3.- Nunca espera ser tratado con especial consideración por otras personas.
4.- Sabe controlar sus arranques de mal genio.
5.- se enfrenta a las emergencias con serenidad.
6.- No se deja herir fácilmente en sus sentimientos.
7.- Acepta la responsabilidad de sus propios actos sin escudarse en excusas.
8.- A superado la etapa de pretender de la vida “el todo o el nada” reconoce que ninguna
situación o persona es totalmente buena o totalmente mala, además, ha empezado a apreciar
las ventajas del “justo medio”.
9.- No se impacienta ante retrasos razonables. Ha aprendido que él no es árbitro del universo y
que frecuentemente tendrá que ajustar su voluntad a la conveniencia de otras personas.
10.- Es buen perdedor. Puede tolerar la derrota y la decepción, sin quejarse ni lloriqueos.
11.- No se preocupa indebidamente por las cosas que no puede remediar.
12.- No es dado a jactarse ni exhibirse en acciones socialmente inaceptables.
13.- Se alegra sinceramente ante el éxito o la buena suerte de otros. Ha superado los
sentimientos de envidia y de celos.
14.- Tiene la suficiente amplitud mental para escuchar reflexivamente la opinión de otros.
15.- No busca continuamente defectos en otras personas.
16.- Planea con anticipación en vez de confiarse en la inspiración de último momento.
Por último, en términos de madurez espiritual sugerimos:
1.- Tiene fe en un Poder Superior a sí mismo.
2.- Se considera como una parte integral de la humanidad y se preocupa por contribuir
positivamente en los grupos de los que es miembro.
3.- Obedece en su esencia espiritual la regla de oro “AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI
MISMO”
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