Veamos: Nunca estuve de acuerdo en las marchas, plantones, paros escalonados, mítines o cierre de avenidas hasta que me paso lo que al de Nazareth en el chiste de que “ahora si agarren piedras porque esto ya valió madres..”.
Como ya sabrán, los que vivimos en el área metropolitana de la Ciudad de México tenemos el problema del desabasto de agua ya desde hace tiempo; pues bien, las autoridades avisaron que pondrían el agua dos días si, dos o tres días no, y así habíamos entendido los vecinos que debería ser, por aquello de que ya somos un chingo y no alcanza y todo eso: pues resulta que los muy cabrones últimamente nos ponen poca agua cada que se acuerdan y la gente se empezó a quejar; pero como es común y tradicional en este lugar donde yo vivo las autoridades no saben que los vecinos tienen necesidades primordiales, como el agua, la luz, las avenidas, etc y les anduvo importando poco la molestia de los mismos y los constantes reportes y si se les habla por teléfono para solicitar se atendiese la queja pues hasta se burlan.
Entonces los vecinos decidieron (no se cuando ni como) que se cerraría la avenida Central – a cincuenta metros de donde yo vivo – para forzar a los encargados de atender nuestras peticiones. (¡QUEREMOS AGUA!).
Entonces el día miércoles 6 de mayo por la mañana me encuentro con la sorpresa de que ya los vecinos andaban haciendo su movimiento de cerrar la avenida; al conocer el motivo y las acciones a seguir pues ¡que me les uno cabrón!. Parecerá mentira pero a mis cincuenta años nunca había vivido algo parecido con la gente “común”.
Solo en AA había tenido la misma sensación, el mismo agrado de hacer causa con otros por un OBJETIVO COMÚN, recordé la definición de Comunidad expuesta por Bernard Smith y que aparece en el libro “AA llega a su Mayoría de Edad” : “Para que exista una verdadera Comunidad son necesarias tres condiciones: la posesión de un ideal Común que involucre el alejamiento completo de la división y el egoísmo. El propósito de una Tarea Común lo suficientemente grande para capturar la imaginación y darle expresión a la lealtad. Y la Camaradería, la cualidad de Unión, mezcladas en tal forma que puedan encontrarse la alegría y la fuerza de pertenecer a una sociedad orgánica que se compromete”, y sentí el deseo y compromiso de apoyarlos.
Lo demás pues ya ustedes imaginaran. Llego la policía y primero pues quiso darle a la gente atole con el dedo – ustedes abran el camino y al rato llegan las autoridades a dialogar - . Obviamente no aceptamos y entonces aparecen las amenazas, llegan un chingo de policías en patrullas, amedrentan, fintean y pues uno siente cus cus “los tímidos desfallecen, los mendigos piden limosnas, problemas y mas problemas, se oyen murmullos de descontento entre aquellos dados a la política” (2ª. Tradición).
Finalmente después de un pequeño zafarrancho vino la calma y con ella la disposición y el deseo de encontrar una solución; llegó un “delegado” de SAPASE y “prometió” abrir la red del agua y enviar pipas ese mismo día. Y efectivamente así fue, llego el agua, una poca en la llave y otra parte por medio de pipas - a las que por cierto tuve que andar correteando, pero ese es otro tema, jeje. -
Estoy consiente de que esa no es la mejor forma quizá de hacer las cosas ya que se afecta a terceras personas (automovilistas, camioneros y pasajeros) que a su ves pues también se inconforman -y se encabronan - . Al final lo que sé es que esta gente ya no encontró una mejor forma de hacerse atender en una necesidad primaria como es la falta de agua.
En este contexto la enseñanza para mi es que efectivamente en mi vida cotidiana - y no solamente en un Grupo de AA – se puede poner en practica la enseñanza que ya el viejo Bill nos había dejado basada en la experiencia de aquellos pioneros en AA.
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