sábado, 31 de diciembre de 2011

Seguir adelante...



...o el coraje para cambiar las que si puedo.
Lo que cuenta no es lo que se da, sino el amor con que se hace. Mi felicidad no depende de lo que me pueda pasar, sino en la medida en la que perciba lo que me ocurre; motivo por el cual ese amor no es la recompensa que nos eleva el alma, es un amor que cada vez nos hace llegar aún mas a nuestra felicidad en los momentos mas difíciles. ¿Vale la pena sufrir porque es la manera de aprender a amar con todo el corazón?
Un día gran pérdida tuvo lugar, sus risas han cesado, sus carcajadas han enmudecido y eso entristeció a mi alma y mi corazón. La luz se fue apagando y poco a poco la oscuridad ha ido ganando...¿a donde fue tu sonrisa, a donde?
Si bien es cierto que ahora tengo una mancha que cubre mi mente, hoy mas que nunca necesito y debo amarme. No más mentiras a mi mismo. Es hora de desplegar mis alas y no mirar mas en mi mente tu figura. Ahora cada dia que me levante espero que sea mejor que el anterior. Ahora solo quiero que todo pase rápido. Dejaré correr el tiempo y sanaré mis heridas. Estaré alerta para no cometer el mismo error. No dejaré mi Programa, no más. No miraré la lona de nuevo.
Voy a seguir creyendo en mi mismo
Continuaré regalando amor, amistad y cariño.
Seguiré construyendo en derredor mio.
Voy a seguir hablando de paz.
Continuaré iluminando mi camino.
Seguiré sembrando aunque otro pise la cosecha.
Seguiré gritando al viento y al mundo, aún cuando otros callen.
Y trataré de sembrar sonrisas en algunos rostros con lágrimas.
Invitaré a caminar a quien ha decidido indeciso, quedarse en un sitio y quizá ayude a levantar los brazos a aquel que esté a punto de rendirse.
Porque en medio de la desolación y la amargura siempre habrá alguien que nos mirará esperanzado, tratando de compartir algo con nosotros, incluso enmedio de un gran desmadre. Porque cada mañana saldrá radiante el sol.
Pero, si vez que no sigo caminando a tu lado, que ya no sonrío o callo, solo acércate, abrázame o sonríeme, pues son esas cosas simples las que nunca se olvidan. Con eso será suficiente pues seguramente pasará la tormenta que me abofeteó.
Tal vez todo lo que hoy me parece difícil o incierto con el tiempo se minimice y me de cuenta que me ayudó a crecer y a ser mejor... momentos de prosperidad, otros de incertidumbre y preocupación... De pronto cuando he creído tener todo bajo control en la vida aparece alguien o algo y derrumba mi castillo … y allí estoy…A veces lleno de miedo, otras a la espera de que todo sea una pesadilla y tarde o temprano pueda despertar…Pero nunca perderé la esperanza…De pronto al mirar alrededor siempre hay algo que me dice que puedo resurgir…De todo he aprendido… Aún cuando me he encontrado mirando con temor el futuro, lleno mi corazón y mi vida con un fuerte deseo de seguir…Que nada ni nadie me desaliente…Soy yo el único que puedo elegir: Bajar los brazos o seguir peleando. La vida no es fácil a veces…He pasado por pruebas difíciles, pero siempre ha existido en mi la fuerza necesaria que me permite levantarme y seguir caminando…el dolor pasa...el sudor se seca...el cansancio termina.

jueves, 15 de diciembre de 2011

No seas un abogado se un amante


En el libro sagrado conocido como la Biblia dice: Entonces, uno de ellos, que era doctor en leyes, le hizo una pregunta tentándole y diciendo: Maestro, ¿Cuál es el mandamiento más grande de la ley? Jesús le respondió: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer gran mandamiento. Y el segundo es similar a este: amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.

Hay dos palabras —ley y amor— que son enormemente relevantes. Representan dos tipos de mente, son los polos opuestos. La mente jurídica nunca puede ser amorosa y la mente que ama nunca puede ser jurídica. La actitud legal no es religiosa: es política, social. Y la actitud del amor no es política ni social, sino individual, personal y religiosa.

Moisés, Manú, Marx, Mao, son mentes jurídicas; han aportado al mundo la ley. Jesús, Krisna, Buda, Lao Tzu, son personas de amor. No han dado un mandamiento legal al mundo, han dado una visión completamente distinta.

He oído contar una historia sobre Federico el Grande, rey de Prusia, que era una mente jurídica. Fue a verle una mujer para quejarse de su marido. «Majestad —le dijo—, mi marido me trata muy mal.» Federico el Grande dijo: «Eso no es asunto mío». Pero la mujer insistía: «No solo eso. Majestad, también habla mal de usted». Federico el Grande contestó: «Eso no es asunto tuyo». Así es la mentalidad jurídica.

La mente jurídica siempre está pensando en la ley y nunca en el amor. La mente jurídica piensa en la justicia pero nunca piensa en la compasión; y la justicia sin compasión nunca puede ser justa. Una justicia que no tenga compasión está abocada a ser injusta; pero una compasión que aparentemente es injusta no puede ser injusta. La propia naturaleza de la compasión es ser justa; la justicia sigue a la compasión como una sombra. Pero la compasión no sigue a la justicia como una sombra porque la compasión es lo verdadero, el amor es lo verdadero.

Tu sombra te sigue pero tú no sigues a tu sombra. La sombra no puede guiar, la sombra tiene que seguir. Y esta es una de las grandes controversias de la humanidad: si Dios es amor o ley, si Dios es justo o compasivo. La mente jurídica dice: Dios es la ley. Pero la mente jurídica no puede saber qué es Dios porque Dios es otra forma de decir amor. La mente jurídica no puede alcanzar esa dimensión. La mente jurídica responsabiliza de todo a los demás: a la sociedad, a la estructura económica y a la historia. Para la mente jurídica, los demás siempre son culpables. El amor se hace responsable de sí mismo; siempre soy yo el responsable, no tú. Cuando entiendes que tú eres el responsable empiezas a florecer.

La ley es una excusa. Es una astucia de la mente para que puedas seguir protegiéndote y defendiéndote. El amor es vulnerable, pero la ley es una medida defensiva. Cuando amas a alguien no hablas de leyes. Cuando amas, la ley desaparece, porque el amor es la ley suprema. No precisa otras leyes, se basta consigo misma. Y cuando el amor te protege no necesitas otra protección.

No seas legalista, de lo contrario te perderás todo lo bello de la vida. No seas un abogado, sé un amante, de lo contrario te seguirás protegiendo y al final te darás cuenta de que no hay nada que proteger; solo has estado protegiendo un ego vacío. Y siempre puedes encontrar medios y formas de proteger el ego vacío.

He oído una anécdota sobre Oscar Wilde. El estreno de su primera obra de teatro fue un fracaso absoluto, un fiasco. Cuando salió del teatro, sus amigos le preguntaron: «¿Qué tal ha ido?». Él dijo: «La obra ha sido un éxito, pero el público ha sido un fracaso». Así es la mentalidad jurídica, siempre está intentando proteger al ego vacío; no es más que una pompa de jabón: dentro no tiene nada, está llena de vacío y no hay nada. Pero la ley sigue protegiéndolo. Recuerda, en cuanto te vuelves legalista, en cuanto empiezas a ver la vida a través de la ley —puede ser la ley del gobierno o la ley de alguna iglesia, eso no cambia nada—, en cuanto empiezas a ver la vida a través de la ley, a través de un código moral, empiezas a perdértela.

Hay que ser vulnerable para saber qué es la vida; hay que estar totalmente abierto, inseguro. Hay que estar dispuesto a morir para conocerla; solo así podrás conocer la vida. Si tienes miedo a la muerte nunca conocerás la vida, porque la muerte no puede conocer. Si no tienes miedo a la muerte, si estás dispuesto a conocerla, conocerás la vida, la vida eterna que nunca muere.

La ley es miedo escondido, el amor es la expresión de la ausencia de miedo. Cuando amas el miedo desaparece, ¿te has dado cuenta? Cuando amas no existe el miedo. Cuando amas a alguien el miedo desaparece. Cuanto más amas, más desaparece el miedo. Si amas totalmente, el miedo está absolutamente ausente. El miedo solo surge cuando no amas. El miedo es ausencia de amor, la ley es ausencia de amor porque básicamente es una defensa de tu tembloroso corazón interno; tienes miedo y quieres protegerte.

Justicia sin compasión...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Culpa II



Ya hemos dicho que la causa de la enfermedad mental y emocional es el egoísmo y su consecuente incapacidad de amar. Ahora decimos que este egoísmo y su consecuente incapacidad de amar da lugar a una profunda, aguda y dolorosa CULPA, que ES enfermedad mental y emocional y de la cual no hay escape hasta que el individuo la enfrenta y utiliza un camino para liberarse de ella.

Al tratar nosotros, de reducir la enfermedad y el sufrimiento a su mínima expresión, a su última parte indivisible, nos encontramos con que esta es causada por una sola cosa: ¡una profunda, insufrible e inevitable CULPA! Era esta la que nos creaba todo el dolor y nos conducía progresivamente hacia nuestra destrucción.

Así como Descartes intento reducir la mente hasta sus componentes básicos, a solo aquello que pudiera ser conocido con seguridad, llegando a la sencilla expresión: “pienso, por lo tanto existo”, nosotros hemos intentado reducir la enfermedad mental y emocional a su más básico componente, a su último fragmento, el cual no puede reducirse más; al hacerlo descubrimos que éste elemento es LA CULPA!

En nuestras investigaciones hemos analizado los síntomas: la depresión, la ansiedad, el miedo, el nerviosismo, la irritabilidad, la cólera, la compasión por uno mismo, el resentimiento, el odio, el culpar a otros, y todas las otras emociones negativas tan estrechamente relacionadas con la enfermedad mental y emocional, descubriendo que estas emociones podrían reducirse aún más. Vimos que podían reducirse a una sola emoción: ¡CULPA! Nos examinamos a nosotros mismos y cada emoción que habíamos experimentado, y una vez más encontramos que cada emoción negativa podía reducirse a ¡CULPA! ¡Este es un gran descubrimiento! ¡CULPA ES IGUAL A LA ENFERMEDAD MENTAL Y EMOCIONAL!

Durante mucho tiempo los siquiatras y los sicólogos pensaron que la CULPA, tan sobresaliente en las personas mental y emocionalmente enfermas, era imaginaria; pero en la actualidad ha cambiado ese concepto y la realidad es que ¡LA CULPA QUE SIENTEN LAS PERSONAS ENFERMAS ES REAL!

Nosotros que la hemos padecido podemos asegurar que ¡LA CULPA ES REAL! Y agregamos que ¡LA CULPA ES LA ENFERMEDAD! ¡no un síntoma de ella!

Mientras no se elimina la culpa, no hay recuperación, no hay paz, no hay escape, y no hay ningún lugar donde escondernos. Los enfermos hemos estado consientes de que no había ningún lugar donde esconderse. LA CULPA era la causa de que nos odiáramos a nosotros mismos, a otras personas, a otras situaciones y al mundo en general. Nada estaba bien; nos sentíamos miserables ¡PORQUE NO PODÍAMOS EVITAR EL SENTIRNOS CULPABLES!.

Muchos de nosotros buscamos un descanso, un respiro, la paz, un escape al sentimiento de culpa a través de: la lujuria, el alcohol, las drogas, comer en exceso, el trabajo, las apuestas, el soñar despiertos y otras fugas, pero nos dimos cuenta de que ¡NO HAY ESCAPE! LA CULPA estuvo siempre con nosotros, aún cuando éramos promiscuos, alcohólicos, drogadictos, glotones trabajadores excesivos, soñadores o escapistas. En realidad nuestros intentos de escape nos hacían sentir peor porque éstos se acumulaban todavía más sobre LA CULA, por lo tanto, poco a poco fuimos cavando un hoyo cada ves más profundo, corríamos a una velocidad fantástica hacia nuestra destrucción. Con nuestros intentos de aliviar nuestros sentimientos de CULPA, solo conseguimos castigarnos y empeorar nuestra terrible situación. Este es un ciclo muy difícil de entender para las personas sanas (no podemos decir normales) ¨QUERER ESCAPER DE LA CULPA ACARREA MAS CULPA! Este es un concepto simple y verdadero, pero pocas personas han pensado en él.

Ha sido reconocido a través de los siglos que la CULPA es el castigo de la humanidad, que es tan vieja como la raza humana y que siempre ha estado presente. Todas las religiones del mundo reconocen que los humanos padecemos de CULPA. A la eliminación de este sentimiento se le llama “salvación”, “purificación”, “perdón de los pecados”, etc.

Las religiones, la siquiatría, la sicología y la sabiduría popular, la han considerado siempre como el peor estado del ser humano, que debe ser eliminado a cualquier costo. Es una lástima que la siquiatría reconozcan hasta hoy el verdadero significado en la condición humana. El misterio desaparece cuando tenemos una perspectiva completa del cuadro.

Evidentemente todos los seres humanos nacen con un completo y profundo sentimiento de culpa. Esto se debe a que todos los seres humanos nacen egoístas y desamorados, lo cual origina LA CULPA Es bien sabido que el hombre debe ser socializado y humanizado para poder vivir con su prójimo. Nacemos egoístas y faltos de amor, pero con capacidad para aprender a amar. Si aprendemos a mar y nos sobreponemos al egoísmo, nos sentiremos bien y no padeceremos de CULPA; si no aprendemos, crecemos con un grave sentimiento de CULPA y nos sentiremos mental y emocionalmente enfermos. El sentimiento de culpa debe eliminarse para que la persona se sienta saludable y bien.

Recordar que: SI LAS PERSONAS CRECEMOS SINTIÉNDONOS COMPETAMENTE CULPABLES O CON PROFUNDOS SENTIMIENTOS DE CULPA, LA ELIMINACION DE LA CULPA NOS BRINDA SALUD Y FELICIDAD A CUALQUIER EDAD EN QUE LA ELIMINEMOS. Si ocurre durante nuestra infancia nos sentiremos bien toda nuestra vida; si ocurre mas tarde la persona se sentirá enferma durante la primera etapa de su vida pero se sentirá bien en las etapas posteriores. A este cambio las religiones le dan el nombre de “renacer” o “salvación”.

Como evidencia de que todas las personas nacen culpables o cargadas de culpa, ofrecemos muchos testimonios. Todas las religiones enfatizan que el hombre nace con culpa, la cual debe ser eliminada para que se sienta bien. Algunas hablan de “pecado original” del cual el hombre debe ser liberado. Pero todas, literalmente, todas las religiones consideran la culpa como el peor estado del ser humano; que cualquier persona en ese estado se sentirá “perdida”, que solo será un ser humano completo cuando LA CULPA sea eliminada, ya que su principal y única misión en la vida es eliminar este sentimiento y estar preparado para cuando les toque dejar esta vida.

No negamos que la doctrina de eliminar la culpa y encontrar una vida saludable, funciona y ha funcionado para millones y millones de personas en todos los tiempos. Aún hoy es el único camino para que las personas que se sienten infelices se recuperen y para que las personas saludables continúen sintiéndose bien. Beneficiémonos de esta experiencia. Aceptemos la fuerza de la gravedad porque “funciona”. Aceptemos esta doctrina porque también funciona.

Hemos manifestado que la religión, la siquiatría y la psicología han reconocido LA CULPA. También ofrecemos nuestras propias experiencias. Aún si usted no acepta ninguna de las evidencias que hemos mencionado, le invitamos a que honestamente examine sus emociones para comprobar lo que le hemos dicho.

Si lo hace con honestidad, se dará cuenta inevitablemente que la depresión, la ansiedad, la cólera, la compasión por uno ismo y todas la emociones atormentadoras, son expresiones de LA CULPA. No es su esposo, ni sus hijos, ni su jefe, lo que le está molestando, es su PROPIA CULPA.

Es su propia culpa lo que le causa depresión, ansiedad, frustración y todas las otras emociones negativas. Nos enojamos con nosotros mismos porque no somos lo que deberíamos ser; sabemos que somos un “fracaso” en la vid. Sabemos que no somos buenos esposos, padres, trabajadores, amigos y nos odiamos a nosotros mismos por ello.

Nos odiamos porque somos incapaces de amar y por lo tanto, incapaces de ser y actuar correctamente en cualquier situación, porque nos sentimos CULPABLES debido a la CULPA CON LA CUAL NACIMOS Y QUE NO HA SIDO ELIMINADA. No estamos solos, todas las personas nacen sintiéndose culpables, y muchos han eliminado este sentimiento. Estamos enfermos porque nuestros sentimientos de culpa están aún con nosotros. Cada persona debe liberarse de su propia culpa. No tenemos porque ser compadecidos, nos toca como a cualquier otro ser humano la misma obligación ¡LIBRARNOS DE LA CULPA! Aceptemos esto, LIBEREMONOS DE LA CULPA Y SINTAMONOS BIEN.

Una cosa es segura: si la persona que se siente CULPABLE vive lo suficiente, inevitablemente será arrollada, golpeada y derrotada por la culpa, hasta que alcance su propio fondo y esté lista para aceptar ayuda, para hacer desaparecer este sentimiento.

Nosotros que la hemos padecido y la hemos superado, conocemos estos hechos. Nos sentíamos culpables. Cuando eliminamos la culpa, nos sentimos bien y nos recuperamos. Tómelo o déjelo. Es un hecho.

Puede también parecerles a algunos de ustedes que el Cuarto y el Quinto Pasos del programa de AA plantean una contradicción. Recordemos estos Pasos:

4.- “Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos”.

5.- “Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos”.

Aquí, al parecer, tenemos una organización que por una parte asegura, que no hay culpabilidad moral involucrada en la enfermedad emocional y las adicciones como el alcoholismo, y por otra sugiere a sus miembros que su recuperación obliga a hacer, sin temor, un minucioso inventario moral de sí mismos, admitiendo ante Dios y ante otro ser humano esta culpabilidad. Yo personalmente creo que esta aparente paradoja, resulta del conocimiento basado en la realidad, adquirido por los fundadores de AA Pienso que ellos al igual que cada uno de nosotros experimentaron que pese a lo que se diga a u recién llegado sobre la enfermedad, este siempre se sentirá culpable. No puede cegarse voluntariamente a las consecuencias morales de sus adicciones y borracheras. La deshonra que ha acarreado a quien convive con él, la vergüenza y degradación que se ha impuesto a sí mismo. Esta carga de culpabilidad convencional (y uso la palabra convencional intencionalmente) aunado al deseo terco y necio el enfermo emocional de aferrarse a ella, es el mas viejo de sus “viejos moldes” porque apareció primero y en muchos casos será el último en desaparecer. Pero que si desaparecerá NO HAY DUDA, siempre que su actitud hacia si mismo y por lo tanto hacia el mundo a su alrededor, sufra un cambio básico. Por ello creo que los fundadores de AA aprendieron en sus experiencias con otros, que al enfermo debe dársele un medio convencional por ql que pueda descargar este peso de culpa.

De ahí el Cuarto y el Quinto Pasos.

Espero que ahora sea evidente que el programa de acción no significa el ir y venir presuroso, ni siquiera el propósito indeclinable de llevar el mensaje a otros. La acción deberá estar concentrada la mayor parte del tiempo en si mismo, o sea, donde están sus mas profundas sensibilidades y valores. Solamente tres de los Pasos – el Quinto, Noveno y Duodécimo – se relacionan con otras personas. Los otros nueve convergen hacia la vida interior del sujeto.

Colección pa´que lo sepan…