miércoles, 8 de enero de 2014

Propósitos


Cómo hacer realidad mis propósitos de año
(nomas me aplico el programa que no?)

Cada fin de un año y el comienzo de otro o después de cada inventario, suele ser costumbre (bastante generalizada) hacer planes, promesas y buenos propósitos, con la intención de corregir ciertos hábitos negativos o cambiar actitudes viciadas que nos han creado problemas. Y, al mismo tiempo, seguir sugerencias o diseñar nuevas estrategias o formas de responder ante las dificultades, contratiempos, adversidades, y emprender proyectos, asumir retos...

Esta costumbre de hacer planes es expresión loable, sincera y de buena voluntad para buscar el adelantamiento constante y mejorar en lo posible, que dice mucho en favor de aquellos enfermos en recuperación y personas en general que, sin desmayo y con verdadero tesón, intentan al comienzo de cada año nuevo, saber vivir mejor, no caer en los mismos errores, superarse, crecer.

El problema radica no tanto en tener buenos deseos, en la buena voluntad o en mejorar y cumplir unos propósitos adquiridos, como en la manera más eficaz y práctica de llegar a convertirlos en realidad. No basta querer cambiar a mejor, que no es poco, sino en saber qué es lo que se debe hacer para que un proyecto sea algo más que buenas palabras y débiles intentos y que, tras unos días o, a lo sumo, unas semanas, todo siga como al principio o peor –salida de caballo fino y llegada de burro flaco-

En mis ¨divagaciones¨ trato de ver en profundidad las claves para la eficacia en el logro de cualquier objetivo que me proponga. He observado no solo a los alcohólicos exitosos en el Programa sino también a las personas comunes, aquellos que saben trazarse metas concretas y poner los medios adecuados para conseguirlas y suelen emplear estrategias muy parecidas. Quiero decir que hay formas de pensar y de actuar que, con toda seguridad, antes o después, producen los resultados apetecidos, mientras que otras conducen inexorablemente al fracaso.

Casi desde mi llegada -o más bien desde que acepte mi enfermedad- , una de mis aficiones preferidas ha sido la lectura de la literatura de AA, en ella he podido entender que la fórmula de la recuperación y crecimiento interior de los alcohólicos es que éstos aplican - cada uno con la mejor disposición- en sus vidas los componentes de la fórmula sugerida por los doce pasos, que constituyen las claves para la eficacia en los buenos deseos o intenciones, los cuales expreso en forma definida a continuación. 

Tras algunas 24 horas de experiencia personal y entre los aa´s, puedo entender que tanto los objetivos arduos, de gran dificultad como unos logros más normales y asequibles, pueden lograrse aplicando esas claves.
Las pondré en doce puntos. Me ponen sobre la pista de los propósitos, no sólo dichos, sino también cumplidos.

1. Metas bien definidas, muy concretas. Hay que tener una idea bien clara de lo que se quiere lograr. Muchos años me disperse malgastando energías porque intentaba muchas cosas sin una idea precisa de dónde quería dirigir mis esfuerzos. Logros espirituales, emocionales y materiales.

2. Autoestima y sentimiento de propia competencia. O lo que es lo mismo, sentirme valioso y capaz de afrontar con esperanzas de éxito la meta propuesta. Creer en mí mismo. 

3. Aprovechar las experiencias ajenas. Experimentar en cabeza ajena es decir, aprender de los éxitos de los demás y estar atento para descubrir qué actitudes y modos de obrar contribuyeron siempre a que otras personas lograran sus objetivos. 

4. Entusiasmo y pasión. Poner día a día todos los medios que tengo para lograr mis proyectos, sabiendo que habrá sacrificios, dificultades y posibles fracasos circunstanciales. 

5. ¡Acción! Pasar de la teoría a la práctica sin dudarlo. Cuantas veces me he perdido en planificaciones exhaustivas y detalladas, en previsiones temerosas y, por no tener garantizado que mi acción es la mejor o la ideal, me he quedado en el plano de la pasividad y de la espera permanente. Preferimos la seguridad a la libertad...así pues iré del propósito a la acción

6. Visualizar y disfrutar mentalmente del logro proyectado, como si ya fuera una realidad. Las personas de éxito disfrutan y gozan con cada paso, con cada escalón que suben y que les acerca a sus metas, casi tanto como disfrutarán cuando la meta sea una realidad. Jamás se ven a sí mismas, como perdedores, aunque conozcan los riesgos de lo que hacen. Se visualizan como personas tenaces que, sin la menor duda, obtendrán sus propósitos. No olvido que más importante que el destino es el camino.

7. Actitud mental positiva. Es la capacidad para ver siempre el vaso medio lleno, en lugar de verlo medio vacío. Tener muy claro que en las peores circunstancias siempre hay algo provechoso, algo valioso que descubrir. Hacer las cosas con los elementos que se tienen.

8. Tenacidad inteligente. O, lo que es lo mismo, la incansable y contundente firmeza y perseverancia en los propósitos que me impulse a seguir insistiendo hasta el límite de mis fuerzas y posibilidades, pero de forma inteligente, sin mi anterior terquedad del insensato que pretende imposibles. 

9. Capitalizar los fracasos y contar con los días grises y los momentos en baja. En AA aprendí que los errores y los fracasos son la antesala del éxito más seguro si aprendo a analizar sus causas. El fracaso, la dificultad o el problema no será una constante en mi vida, sino algo circunstancial y pasajero. 

10. Ética personal y profesional. – Honestidad- Significa actuar de buena voluntad, con honradez y con ánimo de lograr mis objetivos utilizando los medios adecuados, pero sin hacer el mal para conseguirlos. No necesito ser deshonesto para conseguir bienes deseables. 

11. Autodisciplina y trabajo. Ser capaz de satisfacer el precio que debo pagar para lograr los objetivos. La autodisciplina significa el día a día pero sin concesiones, sin dejación y sin lamentaciones inútiles.

12. Autoevaluación y control de resultados. El inventario debe ser frecuente para comprobar en qué medida y a qué ritmo camino hacia los objetivos que me he propuesto. Ver si soy fiel a lo proyectado y permitir que alguien cercano y de mi confianza me recuerde lo prometido y me ayude a no desfallecer en el día a día. 

La puesta en práctica de estos puntos me llevará sin la menor duda a que este año apruebe la asignatura de vivir mejor. Y como la felicidad es relativa, conseguir esos propósitos será mi felicidad. Hay que chingarle compañero…!!!

1. ¿Sueles marcarte alguna meta o propósito cuando llega un nuevo año? 
2. ¿Eres una persona con esperanzas? 
3. ¿Conoces el Programa de los Doce Pasos?



Me voy, mi siguiente propósito es escuchar a David S. en el Grupo DF y ya es hora...

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