lunes, 3 de agosto de 2009

Impermanencia

Transitoriedad.
Nada permanece, todo esta sujeto a cambio, escuche decir desde mis primeras juntas en un Grupo, después en una comunidad religiosa.
Y lo he vivido. Es real. Todo cambia; para bien o para mal, todo cambia,
De la borrachera a la abstinencia y de ahí a la sobriedad.
El nuevo no lo sabe, es mas casi nunca se da cuenta él, pero permaneciendo en el grupo se va cambiando. Por muy duro de cabeza que sea uno el Programa se va infiltrando y uno ni se da cuenta. Pasan los días, las semanas, los meses; se festeja el primer aniversario, el segundo, el tercero, ufff, ¿Cuántos mas? Quien sabe.. Solo por hoy
También en la casa, con la familia, primero hay pura desconfianza, incredulidad, desafío, y poco a poco renace la esperanza, la sonrisa…
Hay cambio, si que lo hay: se va uno haciendo viejo en el grupo y en la vida. Primero no sabes nada y después ya quieres enseñar. Primero se es ahijado y después, a querer o no, hay que compartir lo que se ha obtenido.
Todo cambia como no, los niños que eran chiquititos cuando llegué al grupo, pues inevitablemente crecieron viviendo todo el proceso del padre y la madre en el grupo. Una familia como tantas otras, pero diferente.
En la cuestión económica también hay cambios y eso también es un tema muy largo de nunca acabar. Porque la vida del alcohólico es algo de nunca acabar. Se cambia en la fe. Se cambia de fe. Se cree, se deja de creer, se vuelve a creer.
El alcohólico, que es un egoísta empedernido, de repente se encuentra dándose a los demás, al servicio a los demás, Y con todo, porque quien ha sentido ¨lo que es la agonía¨ le entra con todo, sin medias tintas se entrega a lo que el cree, y si esta equivocado pues ya ni pedo pero es honesto en su entrega, quizá es ignorante, pero no deshonesto. Al paso del tiempo se calma, de guerrillero a moderado, de intransigente a comprensivo de la locura a la mansedumbre. Y… el tiempo pasa... algunas cosas ya no son tan importantes, ya no se pelea, ya no se desea pelear, se desea estar en paz, uno quiere ver cubiertas sus necesidades primordiales solamente. Ya no quieres cambiar a nadie, aceptas que los demás son como son, como quieran o puedan ser. Se ha aprendido que cada quien es responsable de si mismo, de sus acciones, de sus creencias, de lo que haga y/o deje de hacer, en el grupo y en la casa, en el trabajo y fuera de él, en cualquier lugar.
AA lo ha enseñado a vivir, simple y sencillamente.




No hay comentarios: